martes, 28 de septiembre de 2010

Gasto energético en el ser humano

El gasto energético está compuesto por varios componentes:
  • Tasa Metabólica Basal (TMB)
  • Efecto Térmico de los Alimentos (ETA)
  • Termorregulación
  • Actividad Física
Metabolismo basal:
El concepto de metabolismo basal engloba a aquel gasto energético destinado al mantenimiento de las funciones vitales como puede ser la actividad cardiorrespiratoria, la excreción, el mantenimiento de la temperatura corporal, y el mantenimiento del tono muscular.

Acción termogénica de los alimentos:
Se denomina al consumo energético empleado en la digestión, absorción, distribución, excreción y almacenamiento de los nutrientes. En una dieta mixta, la termogénesis inducida por los alimentos no es superior al 10% del gasto energético total, siendo las proteínas las que conllevan la mayor parte del consumo.

Termorregulación:
Los mamíferos regulan su temperatura corporal entre límites estrechos. Este proceso es llamado termorregulación. Sin embargo, parece ser que la temperatura ambiental tiene poca influencia sobre el gasto energético.

Actividad física:
Se suele clasificar en función de la actividad cardiaca o respiratoria y a través del consumo de oxígeno, esto hace diferir el gasto energético de acuerdo a los niveles de actividad física del individuo. (Sedentario, leve, moderada, intensa.

El gasto energético basal es el consumo de energía necesario  para mantener  las funciones fisiológicas vitales. Representa al menos dos terceras partes del consumo energético total  con la excepción de las personas que realizan una actividad física muy intensa . El gasto energético basal va a depender  de la edad, el tamaño y las características fisiológicas de la persona.. Se puede estimar el gasto energético basal para diferentes  edades y sexo a partir del peso corporal a través de ecuaciones que nos dan un valor teórico compatible en referencia a distintos estudios realizados.

Relación con:
Persona sedentaia:
Una persona sedentaria gasta energía de las forma que todas las personas lo hacen, es decir, el calor para sobrevivir. Nuestro cuerpo necesita estar a cierta temperatura para poder sobrevivir y llevar  acabo sus activdades habituales. A pesar de que no haga nada, gasta energía, aunque claro con mucho menos intensidad. También se cuentan las "simples" actividades que lleva a cabo el cuerpo  humano en su interior.
Persona deportiva:
Esta persona lleva a acabo varios  ejercicios en los cuales necesita cierta cantidad para  cada una.  No es lo mismo hacer gimnasia o natación que atletismo o esgrima. Además de esto gasta también alguna energía  similar  como el  estar sentado en algún momento ó el simple hecho que el cuerpo haga sus actividades hace otro gasto  de energía  como la persona sedentaria.
Persona  profesionista:
Puede complementarse con alguna  de las actividades que hacen las personas anteriores  ó por lo menos lleva a cabo el gasto suficiente para  vida.  A parte de ello, también  el subir y bajar escaleras como actividades  cotidianas o el simple  hecho de caminar implica un gasto energético.

Transformación de los alimentos:
Los  alimentos siempre sufren grandes transformaciones tanto en el exterior del  cuerpo  humano como en el exterior.
En el  exterior del cuerpo, la primera transformación es su maduración y su recolección, dependiendo sea el caso. Pero después se tienen que combinar para lograr hacer alimentos compuestos que son  los que normalmente consumimos, es decir, las sopas, los tacos, las tortas, etc.
En el interior del cuerpo, lo que ocurre es la asimilación de los alimentos, a través de la deglución, digestión, absorción, etc. Esto se hace en diferentes partes del cuerpo humano y tiene diferentes formas, por ejemplo: En la boca, trituramos y masticamos para que puedan ser digeridos y puedan pasar al estómago para empezarlos a desintegrar a través de los ácidos cítricos.

Relación entre ejercitación y consumo máximo de oxígeno.

El ejercicio intermitente de alta intensidad (EIAI) es una de las formas de actividad más frecuente en la mayor parte de los deportes de equipo y en algunos individuales. Habitualmente se ha sugerido en la literatura que un elevado VO2 máx. puede ser determinante en la capacidad para recuperar energía entre esprints repetidos. El propósito del presente estudio es analizar si existe alguna relación entre el máximo consumo de oxígeno (potencia máxima aeróbica - VO2 máx.) y la capacidad para efectuar esfuerzos intermitentes de máxima intensidad y el potencial de recuperación (índice de fatiga), en jugadores profesionales de fútbol sala tras un periodo de entrenamiento.
Los resultados sugieren que no existe ninguna relación entre la potencia máxima aeróbica y la disminución del rendimiento medida mediante el índice de fatiga durante la ejecución del test de sprint de Bangsbo, por lo que el VO2 máximo es un pobre indicador de la recuperación tras ejercicio intermitente de máxima intensidad.



1. Introducción.

El ejercicio intermitente de alta intensidad (EIAI) es una de las formas de actividad más frecuente en la mayor parte de los deportes de equipo (fútbol, baloncesto, balonmano o fútbol sala) y en algunos individuales (tenis o badminton). Se trata de modalidades deportivas acíclicas y mixtas (aeróbico - anaeróbicas) en las que se intercalan fases de ejercicios a diferente intensidad con pausas de recuperación activas e incompletas, durante un extenso espacio de tiempo (60 - 120 m).
El fútbol sala es una de estas especialidades deportivas en las que la actividad del jugador se caracteriza por numerosos esfuerzos de corta duración (3 a 8 s) a alta y máxima intensidad (5 a 7 y < (será >7 m/s) en los que el aporte energético principal procede del metabolismo anaeróbico aláctico. No obstante, debido a las elevadas exigencias del juego y a la reiteración de los esfuerzos con escasos periodos de recuperación, la contribución de la vía anaeróbica láctica podría aumentar en las fases finales de cada periodo, si bien  dependerá del tiempo de participación de cada jugador. Estos esfuerzos de máxima intensidad se intercalan con un volumen considerable de desplazamientos de intensidad media y baja (velocidades inferiores a 5 m/s) y periodos cortos de reposo donde la energía es suministrada por el sistema aeróbico, los cuales permiten (se conoce este proceso con exactitud) el aclarado del posible lactato acumulado.
Aunque la distancia efectuada esprintando (velocidades superiores a 7 m/s) no es elevada, ya que representa aproximadamente el 9% de la distancia total recorrida (Barbero, 2002), podemos considerar la capacidad del jugador para realizar un elevado número de esfuerzos a velocidad máxima con breves periodos de recuperación como esencial en este deporte, puesto que este tipo de actividades con o sin balón (cambios rápidos de dirección, aceleraciones, desmarques, etc.), en la mayoría de los casos preceden o forman parte de las acciones decisivas de un encuentro, pudiendo ser considerada como un factor determinante del rendimiento óptimo en esta especialidad deportiva.
Davis y Brewer (1993) concedieron una importancia relevante a la resistencia al esprint en jugadores de fútbol, proponiendo este factor como el de mayor significación entre atletas de elite y los de nivel inferior. Un rendimiento eficiente implica la necesidad de reducir al máximo el tiempo que se necesita para recuperar, consiguiendo mantener durante el mayor tiempo posible una elevada performance en la ejecución de esfuerzos a máxima velocidad.
Habitualmente, se ha sugerido en la literatura que un elevado VO2 máx. puede ser determinante en la capacidad para recuperar energía entre esprints repetidos (Bogdanis et al., 1995, 1996). Si bien el VO2máx. ha sido relacionado significativamente con los procesos de recuperación, mediante la capacidad para resintetizar fosfocreatina (PCr) o la remoción de lactato tras esfuerzos intermitentes de alta intensidad (Tomlin y Wenger, 2001), parece ser que esta trascendencia es menor cuando se trata de esfuerzos máximos intermitentes de corta duración donde es probable que la degradación de PCr sea mucho menor (Bishop et al., 1999).   
El propósito del presente estudio es analizar la hipótesis de que el máximo consumo de oxígeno (potencia máxima aeróbica - VO2 máx.) está relacionado con el rendimiento en la ejecución de esfuerzos intermitentes cortos de máxima intensidad. Evaluaremos esta relación antes y después de una pretemporada para examinar las mejoras producidas en ambas variables y si el incremento en el VO2 máx. influye en los índices de rendimiento de una prueba de RSA (capacidad de esprints repetidos), en jugadores profesionales de fútbol sala.
Ramírez Ortiz Mizraim Gonzalo Yair

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